¡
Ay, qué alegría! La ciudad de Cluj vivió 3 días de encanto: Mario
Vargas Llosa pasó por allí.
Día
1: Teatro: “Las mil noches y una noche” de Mario Vargas Llosa en
su presencia, por Andreea Iacob
Día
2: Llosa – Doctor Honoris Causa de la Universidad Babes-Bolyai,
Cluj-Napoca
Día
3: Dialogo entre Liiceanu y Llosa con el tema: “¿Se puede vivir
sin ficción?”
Tres
días de encanto, tres días de contraste.
Encanto
de ver, sentir, oír, escuchar directamente el gran escritor y tres
días de contraste entre los discursos, las presencias, las
actitudes.
Invitados
de una manera muy inspirada en el mundo fantástico de Llosa por la
obra teatral “Las mil noches y una noche” puesta en escena al
Teatro Nacional de Cluj, no logramos más a salir de este universo
mágico. Aunque los contextos posteriores adonde pudimos encontrar
Llosa fueron trozadas por la falta de organización, a veces por una
rigidez intelectualizada, a veces por un patetismo visceral, escuchar
Llosa nos hace olvidar todo eso.
El
escritor peruano, representante de honor del realismo mágico, nos
habló de la ficción, de las historias, las fantasías o esas
mentiras que además de tener un efecto mágico sobre el ser
humano, ellas tienen un papel extraordinario en el proceso de la
civilización humana. Trataré ahora de exponerle con más precisión
las palabras del que me fascinó y me dio alas de habladora.
Entonces
¿qué nos dijo Llosa?
- Que la ficción sacó el hombre de la caverna.
Lo
humano nació dentro de la tradición oral, inventar historias es
parte integrante de la existencia. Tras las historias nos hemos
enriquecido el vocabulario, las lenguas, las escrituras, etc. y eso
nos sacó de la caverna, de lo animal.
- ¡Y más! Que ella está a la base del progreso.
Se
dice que el progreso se hace con los tecnológicos, con las
especialistas, con los economistas, etc. ¡Falso! nos declara
Llosa. Necesitamos también a los poetas, a los escritores, a los
contadores, a los Habladores (véase su esplendida obra: El
Hablador). Cierto con el tiempo hemos conseguido con el ayudo de
las ciencias a conocer los secretos de la naturaleza, a derrotar la
enfermedad, etc.
Pero
podemos tener un PROGRESO industrial, técnico, económico y estar
BARBAROS si no hay CULTURA y dentro de la cultura – la literatura.
La
literatura es un instrumento contra la inhumanidad; ella nos acuerda
que hay un denominador común: la humanidad. Necesitamos a los
habladores para recordárnoslos siempre. Detrás de todas las cosas
que nos diferencian: lenguas, culturas, colores, espacios
geográficos, etc, los hombres somos iguales, tan frágiles y
maravillosos.
- Que la ficción abre las perspectivas y permite de salir de las ideas fijas
La
literatura pone el espejo de esa igualdad de base que no permite a
las visiones limitadas como el racismo, el nacionalismo, el
sectarismo o el dogmatismo que separan el mundo, de cometer más
atrocidades.
- Que la ficción nos ha llevado a nosotros mismos
Y
en el mismo tiempo es aquello que nos obliga de salir de lo que
somos.
Ella
despierta los deseos humanos más profundos de andar más allá de
lo que somos, de lo que tenemos, etc. Gracias a esas ficciones
exploramos, nos sentimos más grandes y listos a vivir más.
- Que la ficción le permite al hombre de desarrollar su espíritu critico,
conocer
otros mundos; Así nació la libertad: el individuo comprendió que
hay otras posibilidades, que puede elegir su propia vida en
consonancia o disonancia con la tribu. Así nació la democracia y
con ella diminuyó la violencia en el mundo.
- Que la ficción forma ciudadanos
Forma
ciudadanos que se expresan, que critican, que tienen iniciativas, que
no se someten, que eligen ellos mismos, que sueñan a más alto.
- Que la ficción es una menaza por los sistemas totalitaristas
¿Por
qué ven las dictaduras políticas, ideológicas, militares,
religiosas – de izquierda o de derecha - un peligro en la
literatura? ¿Por qué se sienten amenazadas? Porque ahí inventamos,
porque leer una ficción abre los deseos, los apetitos, la
imaginación y puede ser fuente de insubordinación, de rebeldía. Es
por eso que han tratado siempre de controlar la literatura.
¡ATENCION!
Hay ficciones y ficciones, nos dice Llosa.
- Ficciones que enriquecen el espíritu humano. Una buena ficcion que se exprese por la literatura, el teatro, la radio, el cine, los espectáculos variados, esa ficción alza lo humano.
- Ficciones que adormecen y embotan el espíritu humano. Lo más frecuente es la que se nos vende a la tele – pero no solamente- como las telenovelas y los reality shows. Son las ficciones que adormecen, mantienen el conformismo, lo superficial y que no tienen nada que ver con la experiencia humana.
Se
imagina que el autor se refiere a la primera categoría y sobre todo
a la literatura que considera la más profunda desde punto de vista
de la transmisión porque el espectador es activo: cuando leemos
cambiamos la palabra en imagen y eso es personal, cada lector hace su
propia interpretación según su propia sensibilidad. Entonces así
pasa algo dentro de nosotros…¡Ay ay ay, el superpoder de la
literatura!
Al
final, un momento corto con Mario Vargas Llosa y un momento largo con
su obra:
- ¡Que placer enorme de leerle,
señor Llosa!
- Gracias, mirándome los ojos.
-¡Soy yo la que le agradece,
señor!
Le
agradezco por todos estos mundos que me dio a vivir, a soñar, a
explorar, a sentir, a mejorar, a querer, a inventar, a imaginar, a
contar.
¿Y
ustedes, han leído la ficción de Mario Vargas Llosa? ¿Qué obras y
como les transformó?
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